martes, 30 de septiembre de 2014

Si de verdad hubiera

Si de verdad hubiera en mi un mínimo de decencia, no me hubiera permitido ofenderme cuando comencé a ofender a los demás. Jamás hubiera entrado por mi pie en esta bañera rebosante del ácido de la frustración, charca en un lodo espeso de renuncia.
Si de verdad hubiera en mi un atisbo de nobleza, aún seguiría leyendo contigo, por encima de tu hombro, con mis ojos acompasados a los tuyos siguiendo el renglón, tocando el índice con la lengua de pasar página al unísono. Si hubiera tenido un atisbo de la grandeza que a ti te perfumaba, tu recuerdo ahora no sería el de un triste niño muerto, un solitario niño ahogado, envuelto en la humedad de esas algas pardas que gripan motores, con los ojos cuajados en sal oscura de las mas negras salinas y abismo, con la boca preñada de cangrejos ahítos, como curas en matanza.
Si de verdad hubiera, si de verdad en algún momento hubiera habido algo de dignidad en mí, miraría atrás intentando encontrar algo bueno en mi vida y, ante la evidencia de que todo es vileza, maldad, traición e indecencia, haría callar para siempre esta sucia boca mía que ya no sirve para el beso o el verso. Cortaría estas dos manos que ya no sirven para la escritura o la caricia y así, esperaría aterrado el día en que, al fin, la muerte me sacara a rastras de este mundo.


Photo CC0 by xusenru

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