martes, 9 de septiembre de 2014

Operación salida


Se me tintó el pelo color sangre espesa e inesperada. Inesperada de vuelta y vuelta de campana arrebatada, presa en un campanario de acero y cristal. Fotograma a fotograma, el coche giró sobre sí mismo un millón de veces.
Nadie murió de inmediato. Todos, con las bocas muy abiertas pero en absoluto silencio, esperábamos ver de nuevo aquella cabeza golpear el cristal, tan cerca, tan callada, abandonada a unos ojos aterrados.
Creo que nunca sabremos muy bien que nos puso allí. Detenernos sin más contra esos treinta segundos sin vida, que pierden la nuestra como se pierden unas llaves, un paraguas o un recuerdo. Justo antes de las sirenas, de la vuelta boca abajo a lamer asfalto, todo era extraño. 
Extraño. Morir el día de tu cumpleaños. Y querer vivir para encontrar mi juventud, o solo esperar por una navaja que corte este cinturón. Que me devuelva el aire. Que me permita ver algún día mi hermosura en los ojos de mis hijos.


Photo CC0 by hoffmann-tipsntrips

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