domingo, 29 de enero de 2017

Al sur

Quiero caer al sur, mas al sur del sur en que vivo, mas al sur de tu mirada.
Mas al sur de güifis y automóvil, por abajo de este día a día, de esta losa sobre losa que te deja un sabor en la boca como de permanente tarea inacabada.
Y allí quiero vivir en una vieja casa erguida y protestona, de radiantes ventanas abiertas a un cielo color ancestral y enamorado. Una casa de techos altos, de bombilla sola y araña en usufructo, habitada ya por salamanquesas y un camaleón de colores. Mil capas de pintura, paredes gruesas de desconchón y tornasol, como una plaga de líquenes mágicos imparables. La silla que cruje, el azulejo que falta, los grifos que hace años se echaron al monte. Asientos de enea, andares de esparto.
Quiero caer al sur de un pueblo de empinadas calles sin aceras, con niños de alma descalza que no olvidan lo que son, con una rendida plaza de orgulloso flamboyán y viejos con sombreros que calzan sobre platino. Y que todas esas calles mueran besando la orilla de una rada, abrazada por la escollera que hicieron los ya lejanos, calmando los vaivenes que lamen un muelle negro de sol y piedra antigua.
Yo quiero caer al sur y, desde el muelle negro, lanzarme cada mañana a la mar, y entrar en ella como un dedo en una tarta y que la mar me reciba como a un bebé en su vientre, un sur donde el cartero sea gordo, el municipal se pase el turno jugando a las cartas, el alcalde gobierne pescando y la peluquera te coma con los ojos.
Al sur de tu mirada, donde el vino sea blanco, el corazón de arándanos, el hielo no dure nada y las tardes toda una vida, donde convivan olivo y palmera, pistacho y anís. Un sur algarabía de lonja y Estambul. 
Yo quiero caer al sur y, en la plaza sombreada, al anochecer, beber absenta, comer de lo que haya y fumar lo que me pongan hasta que, a medianoche, la única pregunta sea: ¿a qué hora es la marea?
Quiero el lugar donde se oye hablar en un idioma dulce y triste como malagueñas, y al instante sabes que lo has de aprender enseguida.
Y quiero caer al sur donde tú estás, quiero encontrarte y que seas como siempre me advirtieron que serías. Quiero que entonces entres en mi vida, me quites los lápices y los aforismos, y nos dediquemos a amar y a esperar la marea.


Photo CC0 by user 3888952 Pixabay

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