miércoles, 15 de abril de 2020

Casa de luna

Los inviernos, uno tras otro, minan por igual mi cuerpo y la casa de luna y muerte. Los inviernos y la casa, las primaveras tristes y los otoños sombríos. Ambos sabemos que tu recuerdo me seguiría a cualquier rincón del mundo.
Entonces, ¿a que este clausurar de puertas y ventanas; para que aventar ajuares o dilapidar recuerdos? Ya la ausencia de tu carne es mi heredad.
Las abejas de la renuncia saben bien como contentar a su reina. Insistamos pues.
Año tras año las colmenas del cobertizo, los pilares del sótano y la claridad de mi entendimiento menguan. Todo nos lleva a ti.
Pronto nos entregaremos al arrebato del viento y los recuerdos con los que abofetea. El rocío dará de beber a nuestra alondra.


Photo CC0 by Waylin

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